domingo, 8 de agosto de 2010

MADRUGADA EN PEGALAJAR


Parece ser un mal endémico imposible de erradicar, la impuntualidad en los festivales veraniegos y más aún con carteles tan ambiciosos.Nos dieron las 6 de la madrugada en Pegalajar, pero mereció la pena.
Después de bajarnos del micro bus de Contreras S.A. fletado para la ocasión por los antiguos alumnos de la SA.FA. ( aquello parecía un viaje del inserso a Benidorm), y sin haber cantado eso de Que buenos son los Padres Salesianos, que buenos son que nos llevan de excursión (alguno cantiñeo por alegrías en el viaje , eso sí);
la parada de rigor , consiste en echar un vistazo a la charca con el comentario acerca de la pluviosidad del pasado invierno por parte de la comitiva , hecho esto continuamos andando bordeando el paseo dirección a la piscina municipal. Allí tocaba esperar , pues las entradas para el festival no se pondrían a la venta hasta pasadas las 22 horas.Con la entrada en el bolsillo había que buscar las localidades mejor situadas (es lo que tiene estar esperando en la cola los primeros, esta gente de la 3ª edad no dejan nada a la improvisación y estar más de 2 horas antes en los sitios tiene sus ventajas...)
Lo cierto es que el retraso en principio no parecía demasiado alarmante y el evento comenzó cerca de las doce de la noche con el cantaor ganador del anterior concurso de Pegalajar, Manuel Dominguez Cástulo con la guitarra de Paco Gonzalez de Villa del Río. Con un guiño a la tierra comenzó con tarantas continuando con un repertorio básico por solea y seguiriyas ( cantar por seguiriya con el ruido atronador de las atracciones de feria de fondo no es lo más evocador) el tocaor no estuvo muy fino en las falsetas pero lo mejor eran los gestos y mohines del cantaor que parecía como si tuviese el sindrome de Tourette, lo cierto es que transmitía con la garganta y con los gestos. Como decían los aficionados cercanos se peleo con el cante.
A continuación, Pansequito con Moraito comenzaron por alegrías, continuando por tangos, bulerías y soleá todo impregnado con el aire de la bahía y los puertos. Hay que decir que se encontró en muy buena forma y se entregó por completo.Moraito excepcional , acompañó después a Aurora Vargas con un repertorio similar al de su marido. Hizo su particular recorrido ( aires trianeros) por los cantes a compás con un derroche de fuerza y energía que impresionó al auditorio, especialmente cantando a pelo ( sin amplificación), demostrando unas dotes extraordinarias. Los palmeros ( entre ellos "el eléctrico") sobresalientes.
El baile del Junco no dejo indiferente a nadie con un taconeo estratosferico, frenético y casi diabólico en unas alegrías- bulerías 100% Cádiz.

Tras una breve pausa la alcaldesa del municipio , junto a el presidente de la peña flamenca de Pegalajar , hicieron entrega del galardón honorífico de la XLII edición del festival de arte flamenco de Pegalajar a Calixto Sanchez, que tras agradecer la mención encandiló a la audiencia por Malagueñas, Tientos - Tangos, Alegrías y Bulerías con letras adaptadas de grandes poetas Andaluces como los hermanos Machado etc..La guitarra de Manolo Franco genial.El público asistente realmente disfrutó , jaleando con incesantes oles a estos dos artistas.
Quizás la actuación más floja fue la de Vicente Soto Sordera, con un público casi dormido a las 4 de la madrugada. Lo mejor el romance y las cantiñas con romeras y mirabras. Su tocaror, el joven Manuel Valencia sin duda lo mejor de la actuación.
Para cerrar el Festival Miguel de Tena con Manolo Franco. Comenzó por malagueña+ abandolao siguiendo con unos Tangos Extremeños y cerró con una tanda casi inacabable de Fandangos.


En este punto de la noche se produjo la verdadera comunión entre artista y público con una dilatada tanda de Fandangos de Pepe Aznalcollar, Carbonerillo....que parecía no saciar nunca a una multitud extasiada.
Los fandangos por bulerías de Vallejo los dejó para el final, momento en que se produjo una catarsis colectiva cuando el cantaor Extremeño regalaba a la audiencia lo mejor de sus fandangos a pelo ( sin amplificación) y estos correspondían solazados con una lluvia de oles.La verdad es que fue una estampa inolvidable la de la gente arremolinandose frente al cantaor ( parecía que no lo iban a dejar marchar ), con la boca abierta , estrechándole la mano fandango tras fandango momento este en que el artista correspondía con otro fandango, y aquello parecía no tener fin... Imagino que eso sería lo que pasaba en los años 40-50 en plena Opera flamenca , cuando figuras como Marchena o Valderrama llegaban a los pueblos y hacían olvidar las penurias de las gentes del campo a golpe de Fandango. Para verlo.

1 comentario:

  1. Macho... me encanta como lo has descrito todo, sobre todo la parte final..hace que, gente como yo que no somos tan aficionados, nos sintamos como si estuviéramos allí viéndolo y sintiendo cada ¡Ole! del público...

    Genial descripción de tu noche flamenca en pegalajar (

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