Emulando al mismísimo Champollion , hoy vamos a descifrar la relación entre las distintas palabras de unos idiomas (acordes) y su equivalencia en otros idiomas (estilos).
Pero será mejor que dejemos de lado las pamplinas de los misterios de las civilizaciones antiguas, y vamos a meternos en harina…
Los “estilos Libres” se conocen en el flamenco como aquellos estilos que se interpretan ad libitum, es decir sin una pauta rítmica determinada. Estos estilos proceden de los Fandangos Folklóricos de determinadas zonas de Andalucía (Fandangos de Huelva, Verdiales de Málaga, Fandango de Lucena…), con el tiempo los cantaores flamencos adoptaron las formas de los Fandangos de Huelva en su repertorio ,ralentizando el tempo y alargando los tercios (versos) de la copla con floridos y virtuosisticos melismas, dando lugar a la percepción de destrucción del compás ( esto no es del todo así pues el 3/4 es omnipresente, o como dicen los flamencos: eso tiene to su medía). De este aflamencamiento de los fandangos folklóricos surgieron los Fandangos Personales o Fandangos Naturales que no son otra cosa que la marca de la casa que cada cantaor imprimía a su fandango (Fandangos del Gloria, Vallejo, Cepero o Caracol entre tantos). Así como cada artista crea su propio fandango, en cada región se crea un nuevo tipo de fandango de estilo libre, de este modo tenemos La Malagueña en Málaga, La Granaína en Granada y los cantes de Levante o cantes de las Minas, en las zonas mineras de la Carolina, Linares, la sierra de la Unión (Murcia), Almería o incluso Almadén fruto del flujo de trabajadores de unas zonas a otras según se encontraban las vetas de mineral. Los cantes de levante aglutinan, Tarantas, Mineras, Cartageneras, murcianas y Levanticas. Para rizar el rizo cada cantaor independientemente de su lugar de procedencia podía tener su propia Malagueña (Malagueña de la Trini, El Mellizo, Juan Breva...), o su propia Granaína, o su propia Taranta. Mención especial merecen Antonio Chacón y Ramón Montoya en todo esto de los estilos libres. Chacón tenía sus formas propias de malagueña, Granaína e incluso inventó la media Granaína. Ramón Montoya sentó los estándares de los distintos tonos para cada estilo. Malagueña en Mi (modo Flamenco), Granaína en Si, Taranta en Fa# y para su gloria el tono de Minera en Sol# y el toque de concierto por Rondeña en Do#, con la escordatura de mi a re en la sexta y sol a fa# en la tercera. Ahí es nada.
Los estilos derivados del Fandango son bimodales (modo flamenco (salida)àmodo mayor (letra)àmodo flamenco (cierre de la letra). De modo que tras la cadencia en modo flamenco el acorde VI de la cadencia andaluza pasa a ser tónica del nuevo modo mayor seguida de la progresión de subdominante y dominante para terminar en el movimiento de II-I que cierra de nuevo en dórico.
Después del prólogo aclaratorio (espero que no haya sido un ladrillo) decir que todos estos cantes (por norma general) al igual que el fandango, constan sus letras de 5 versos octosílabos, que por repetición del primero suele quedar en 6. Como en botica, aquí también hay de todo (nº de versos, tipo de rima) según el cante sea de uno o de otro, pero ya digo, 5+ 1 repetido-> 6.
En la tabla se puede ver la equivalencia del tono con el estilo, los acodes de cada tercio (verso) y los dominantes secundarios (V7) de cada uno, así como el cierre final en el último tercio.
Pero será mejor que dejemos de lado las pamplinas de los misterios de las civilizaciones antiguas, y vamos a meternos en harina…
Los “estilos Libres” se conocen en el flamenco como aquellos estilos que se interpretan ad libitum, es decir sin una pauta rítmica determinada. Estos estilos proceden de los Fandangos Folklóricos de determinadas zonas de Andalucía (Fandangos de Huelva, Verdiales de Málaga, Fandango de Lucena…), con el tiempo los cantaores flamencos adoptaron las formas de los Fandangos de Huelva en su repertorio ,ralentizando el tempo y alargando los tercios (versos) de la copla con floridos y virtuosisticos melismas, dando lugar a la percepción de destrucción del compás ( esto no es del todo así pues el 3/4 es omnipresente, o como dicen los flamencos: eso tiene to su medía). De este aflamencamiento de los fandangos folklóricos surgieron los Fandangos Personales o Fandangos Naturales que no son otra cosa que la marca de la casa que cada cantaor imprimía a su fandango (Fandangos del Gloria, Vallejo, Cepero o Caracol entre tantos). Así como cada artista crea su propio fandango, en cada región se crea un nuevo tipo de fandango de estilo libre, de este modo tenemos La Malagueña en Málaga, La Granaína en Granada y los cantes de Levante o cantes de las Minas, en las zonas mineras de la Carolina, Linares, la sierra de la Unión (Murcia), Almería o incluso Almadén fruto del flujo de trabajadores de unas zonas a otras según se encontraban las vetas de mineral. Los cantes de levante aglutinan, Tarantas, Mineras, Cartageneras, murcianas y Levanticas. Para rizar el rizo cada cantaor independientemente de su lugar de procedencia podía tener su propia Malagueña (Malagueña de la Trini, El Mellizo, Juan Breva...), o su propia Granaína, o su propia Taranta. Mención especial merecen Antonio Chacón y Ramón Montoya en todo esto de los estilos libres. Chacón tenía sus formas propias de malagueña, Granaína e incluso inventó la media Granaína. Ramón Montoya sentó los estándares de los distintos tonos para cada estilo. Malagueña en Mi (modo Flamenco), Granaína en Si, Taranta en Fa# y para su gloria el tono de Minera en Sol# y el toque de concierto por Rondeña en Do#, con la escordatura de mi a re en la sexta y sol a fa# en la tercera. Ahí es nada.
Los estilos derivados del Fandango son bimodales (modo flamenco (salida)àmodo mayor (letra)àmodo flamenco (cierre de la letra). De modo que tras la cadencia en modo flamenco el acorde VI de la cadencia andaluza pasa a ser tónica del nuevo modo mayor seguida de la progresión de subdominante y dominante para terminar en el movimiento de II-I que cierra de nuevo en dórico.
Después del prólogo aclaratorio (espero que no haya sido un ladrillo) decir que todos estos cantes (por norma general) al igual que el fandango, constan sus letras de 5 versos octosílabos, que por repetición del primero suele quedar en 6. Como en botica, aquí también hay de todo (nº de versos, tipo de rima) según el cante sea de uno o de otro, pero ya digo, 5+ 1 repetido-> 6.
En la tabla se puede ver la equivalencia del tono con el estilo, los acodes de cada tercio (verso) y los dominantes secundarios (V7) de cada uno, así como el cierre final en el último tercio.
P.D. Muchas Granainas y malagueñas comienzan en el relativo menor del primer grado I del tono mayor de la letra
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